jueves, 17 de septiembre de 2020

Un mensaje

Hola, sigo acá... esta vez no quiero dar ánimos a depresiones, solo quiero fingir que si puedo hablar contigo. 

Cómo estás? Yo estoy bien, aprendiendo a valorar la salud ya que estuve enferma un tiempo, pero no vengo a contar eso, sino que me siento muy bien ahora. En verdad espero que tú estés bien, me gustaría descubrir que ya sanaste tus heridas, que pudiste centrarte y explotar lo más brillante de tu ser, ya sabes, todo eso que amo. Ah, si... todavía te amo, y no me enoja, no me molesta, al contrario, después de haber podido poner a prueba mis sentimientos hacia ti salí airosa, siempre te amé ...en verdad y sinceramente. Es como algo en me invade en todo el cuerpo, inevitable, agridulce. Ya es parte de mí, si no fuera así, tal vez no seria la persona que soy y por eso aprecio mucho este sentimiento en mí... por ti. 
Lo siento, no quería desviarme tanto, cómo dices que estás? Haz cambiado? Si es que cambiaste, bueno, era inevitable. Pero es genial, significa que creciste, que avanzaste y que seguís luchando por ti, por tu vida y eso me hace muy feliz. Cómo están los días por esas calles que sueles frecuentar de ida y de vuelta? los días siguen siendo grises en su mayoría, supongo, pero solo piénsalo, si no fuera así no disfrutarías tanto esos eventuales bellos días en los que te entra el sol por la ventana y te hace levantarte con tantos planes para tu día y las fotos que compartís donde se ve un hermoso retrato del cielo, y claro, cómo desperdiciar ese día tan poco común. 
Sabes, no dejo de imaginarte haciendo tu rutina, ya sabes, te levantas, vas al baño, hablas con tu padre que recién regresa de su trabajo, lo pones al tanto de alguna de tus cosas, discuten sobre tu madre, tus hermanos y luego preparas tu ropa, ordenas, hablas y peleas con tus hermanos, te apuras (porque siempre el tiempo esta justo para ti, lo tienes calculado por minutos), preparas tu ropa, tu mochila, esa que siempre llevas. En medio de esta historia que me hago, al imaginarte no me ha abandonado ni un segundo esta preocupación, me preocupa que tengas mucha ropa nueva y que la ropa que yo conozco ya no la uses, y no porque quiera que no te compres ropa, sino porque son parte del recuerdo que tengo que ti, tu musculosa verde con letras blancas, aquel short gris que te regale, creo que las que más atesoro son las que usabas al principio. No es extraño, es la parte favorita de mis recuerdos, donde eras la versión de la que me enamoré.
Bueno, quisiera avergonzarme por escribirte un mensaje tan largo, pero es que esto es solo la punta de tantas cosas que tengo que decirte, prometo volver a escribir. Adiós. 

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